La soledad, la depresión y los estados patéticos nos conducen a errores que juramos no volver a hacer. Llamar a un ex es como la recaída del drogadicto. Una vez terminada la experiencia adrenalínica, sólo queda vacío y muchas ganas de cortarse las tetas.
En este momento estoy tirada aca sola en la cama mirando el techo y el se la esta garchando.
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